Hay sensaciones que pueden retar nuestra mente, por ejemplo, sentir y dimensionar la inmensidad del universo. ¿Es posible?
Podríamos recurrir a nuestro pensamiento lógico, pero quizás desde ahí la tarea es misión imposible. Si intentamos con la imaginación, ya que la imaginación viene de la mente, tiene límites. Para imaginar recurrimos a nuestro conocimiento, a la información de nuestros sentidos, la memoria y los sentimientos, veríamos que nuestra mente no es tan flexible como para estirarse hasta el tamaño de la inmensidad.
Si afrontamos el reto haciendo uso de nuestra capacidad para sentir, podemos usar como referencia la experiencia de sentir la inmensidad del cielo, para ir gradualmente aumentando nuestra sensación de inmensidad.
Pero si recurrimos al niño que llevamos adentro, nuestro yo adulto se encontrará con nuestro yo niño y con esa parte de nuestra vida en la que nuestra mente funcionaba de manera simple, directa, libre, desde la inocencia de los niños y desde donde todo es posible, incluyendo sentir un espacio tan vasto como el del universo.
Ser niño es algo que llevamos adentro, fuimos niños y sabemos cómo es ser un niño. Basta con invocar nuestra imagen de niños y nuestro inconsciente trae toda la información de nuestra niñez, el instinto de niño, la sencillez, la espontaneidad, la capacidad para mantenerse en el presente, y el poder de los niños.
Desde la mente y el corazón de niños, podemos fortalecernos con el abrazo de los seres que amamos, así no estén junto a nosotros, podemos crear realidades sin las limitaciones de nuestro yo adulto, sin el ¿Cómo lo hacemos? ¿Por qué lo hacemos? ¿Cuándo lo hacemos?
Volvamos a nuestro corazón de niños, para hacer y sentir directamente, para vivir en el ahora, aprender más rápido, conectar con las leyes naturales del universo, conectar con la información que necesitemos, sentir unicidad, entusiasmarnos con los nuevos comienzos, ser libres y sentirnos más afortunados.
Practiquemos desde nuestro corazón de niños y podremos experimentar el Qi del universo fácil y directamente, nuestro campo de Qi se sentirá más bonito, será más poderoso, podremos ir más allá de nuestros marcos de referencia, conocer las verdades y ¡conectar con un gran poder! Si practicamos desde nuestro pequeño yo de adulto, no lo lograremos.
¿Cómo volvemos a la mente, al corazón y a la sabiduría de cuando éramos niños? Simple y directamente. Volvemos a ser niños sintiéndonos niños. Así funciona nuestra mente, sólo haciéndolo, sin pensar en el cómo, sin preguntas, sin pensar en por qué. Es la práctica del uso de la mente de manera directa y simple, como cuando piensas en tu cama y tu mente va directo e inmediato a tu cama, sin pensar en abrir alguna puerta o pensar qué camino recorrer, o cuando quieres sentir una memoria positiva: Vas a esa memoria.
Así que de nuevo: ¿Cómo volvemos a la mente, al corazón y a la sabiduría de cuando éramos niños? ¡Volviendo a la mente, al corazón y a la sabiduría de cuando éramos niños!
Esa información ya está grabada en nosotros, hace parte de nosotros, la tenemos, la sabemos.
¡Hun Yuan Ling Tong!
¡Hao La!
Millerlandy Gómez
Sabiduría Esencial – ZhiNeng QiGong Colombia
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