Mi experiencia en el curso de ZhiNeng QiGong

¿Por qué habría de practicar una ciencia china que no prometía milagros sino trabajo con la mente y el cuerpo?

Siempre he tenido una mente muy abierta pero nunca había practicado ninguna técnica oriental. Creo que en ese sentido siempre fui muy incrédulo. Sin embargo, después de ver de cerca las cosas que podían lograrse con la práctica sencilla de los métodos y de escuchar los miles de testimonios de gente normal, que como yo, pudo superar muchos problemas, decidí hacerlo. No podía perder nada. Cuando llegué al curso el primer día y me preguntaron porque había decidido ir, contesté con algo de confusión que estaba buscando organizar mis energías. Más tarde entendería que el verdadero motivo de haber ido ese día a conocer algo totalmente nuevo para mí, era porque necesitaba aprender a explotar mi mente de maneras que no había hecho hasta ese momento en mi vida y sacar el máximo beneficio posible.

¿Qué podrían enseñarme o cómo podría sentirme en un curso de ZhiNeng QiGong?

Durante la primera hora la maestra se dedicó a contarnos sobre la ciencia, su práctica usando el cuerpo y la mente y los efectos que podían darse más adelante. Mentalmente agradecí los comentarios pero no conseguía creer que con tan solo un día de práctica, podría empezar a ver cambios tangibles. Después de dos horas de haber empezado el curso, lo primero que sentí fue una alegría profunda y una sensación de que allí era el lugar en el que debía estar. La práctica te tranquiliza, te da tiempo para aquietar tu mente y sentir tu cuerpo, te alegra porque te da una paz que viene del fondo de tu corazón. Después llegaron los efectos físicos. El cuerpo lo siente de inmediato: se relaja y empieza a expresar esas reacciones, calor, sudor y, en mi caso, diarrea. El cuerpo por fin empieza a abrirse y a expulsar todo aquello que no le sirve. En resumen, es un fin de semana espectacular, donde se exige la mente pero también el cuerpo y del que se sale completamente renovado.

¿Qué se consigue con la práctica de ZhiNeng QiGong?

La respuesta corta es, todo. No hay límites. Mi historia es simple: hace casi dos años que no tomo calmantes para el dolor. Las jaquecas que venían frecuentemente se han reducido en un 99% e incluso la gripa más fuerte o los tratamientos odontológicos, son manejables. He vivido de cerca casos de gente que con la práctica ha logrado empezar a dormir mejor, a eliminar dolores críticos o incluso a moverse de manera natural, después de luchar por mucho tiempo con una artrosis aguda. Pero quizá el logro más importante que haya podido tener en mi vida no vino de la parte física. Después de mucho tiempo, por fin estoy haciendo cosas que me llenan totalmente en la vida. La creatividad se ha expandido a niveles insospechados y escribo y compongo canciones como nunca lo había hecho. Hoy, a punto de correr mi primera maratón, me convenzo de que no hay barreras para la mente ni miedo que pueda detener al ser humano.

 Luis Salgado

Alumno segunda promoción, Colombia, 2016